Si estáis buscando rejas que poner a vuestras puertas o ventanas acudir a un buena empresa de cerrajería será el primer paso que, como os podréis imaginar tendréis que dar. Ellos os asesorarán de qué os conviene más según vuestras necesidades, el espacio del que dispongáis y este tipo de aspecto que aunque en un primer momento pueden no parecer demasiado importantes lo cierto es que lo son y mucho.
Pues bien, el primer tipo de rejas del que os vamos a hablar se trata de la llamada reja inglesa. Para todos aquellos que no sepan muy bien en qué consiste este tipo de objeto decir que se trata de una reja para ventana con un bastidor situado en ángulo de 40mm. Este tipo de rejas están fijadas al zócalo de la ventana mediante unos tornillos de seguridad. Los tornillos se sitúan de manera vertical realizando una especie de cuadrado macizo de 16mm, con un doble arco de cuadrado también macizo de otros 16mm en la parte superior de la reja, y hasta tres niveles en horizontal de pletina punzonada. Su cierre es paletón.
Por otro lado, las rejas más tradicionales realizadas con forja están conformadas por un bastidor de pletina. Se ubica al frente de la ventana gracias a un taco químico. Se sostiene mediante una combinación de verticales trenzados dobles y simples sobre un cuadrado macizo de 16mm. Por lo que respecta a los extremos de la forja decir que presenta en su parte inferior y superior una suerte de coronación.
Las rejas de forja coronadas son aquellas que en su parte superior tienen como un remate redondeado. También se conoce como rejas castellanas. Este tipo de piezas presentan un bastidor en pletina que, como ocurría en el caso anterior, que se fija frente a la ventana por medio de un taco químico. Presenta en sus terminales unos motivos a modo de rosetas de hierro fundido y su parte superior está coronada. Esta opción también la encontraréis con acabado superior en forma de punta de flecha.
Por otro lado, atendiendo ya a las rejas de aluminio decir que no por ser de este material son menos seguras que las de hierro. Y es que este tipo de rejas se realizan a partir de perfiles de acero extruidos. De este modo, la primera opción se trata de una pieza realizada en metal desplegable, montando sobre una estructura de hierro o acero.
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La reja de metal desplegable conjuga estética con ligereza sin renunciar por ello a la seguridad. Este tipo de rejas está conformada por una malla continua, formada por distintos grosores, sin ningún tipo de soldaduras ni uniones, algo que lo hace mucho más complicado de cortar. Eso sí a pesar de que existe la falsa creencia de que este tipo de rejas es menos segura, lo cierto es que su precio puede hasta doblarse.
Y de las rejas desplegables a las rejas plegables. Este tipo de rejas metálicas están construidas también con aluminio a base de barras de acero giratorias en su interior. Este tipo de protección suele ir recubierta de una capa de pintura de poliéster que lo hacen resistente a las inclemencias del tiempo. Se trata de un tipo rejas que llevan la abertura en uno de los laterales, en uno solo, en ambos, o incluso en el centro, pudiendo cerrar con candado si es necesario.
Este tipo de rejas son muy recomendables si lo que buscáis es sobre todo la seguridad, ya que se trata de uno de los modelos más resistentes del momento, resistiendo los cortes que se puedan hacer tanto en las varillas como en las placas de sujeción. Además presentan numerosas opciones en cuanto a terminaciones y son absolutamente compatibles tanto con persianas como con postigos.
Varias opciones las que os hemos presentado, las primeras de ellas más estéticas realizadas en hierro y las segundas con aluminio. Dos materiales que os ofrecerán total seguridad y con los que podréis estar tranquilos.